viernes, 30 de mayo de 2014

El viento.


Pintura de Cheng Rong 1200–1266, China.

Dicen que el viento es solo viento. ¡Qué valor! Quien no ha estado en soledad en el monte con la noche por lecho no sabe nada de los vientos.
Ellos rugen como leones libres y pueden ser tan silenciosos como el vuelo de una gran rapaz.
trazan rumbos inescrutables, firmas invisibles. No se pueden pintar pero están ahí
rozando nuestras carnes, alimentando nuestros sentidos con canciones nuevas de renovados ritmos.
Todas las especies de la tierra lo respetan solo el hombre olvidó su inefable presencia, lo intentó explicar, diseccionar, darles nombre encajonarlos dentro de estantes olvidados.
Pero que importa...
el viento es la libertad, lo que nos traspasa y nos une como especie, por que mi aliento da vida al rosal, al castaño y a las jaras, y se funde con las exhalaciones de las ratas, de los cuervos y de las gaviotas, besa a la lombriz de tierra y vibra en la tela de la sabia araña.

¡Remonta fundido en los cielos, cargado de la vida y de la muerte,
mensajero del alma de la tierra, majestuoso viento 
Surcando  el infinito con tu poderosa enseñanza!

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