sábado, 22 de julio de 2017

Presente


Desenmascararnos de esas frívolas mascaras que nos ensombrecen el camino.

La luz del intelecto y la llama de la voluntad impulsadas por el corazón.
Por el deseo de conocer el origen.
Hace años sonreíamos con naturaleza y hablábamos con suavidad mientras el sol iluminaba nuestros rostros.
Hoy el cansancio de la lucha nos ensombrece y aquella natural sonrisa es ahora la viva representación de la ironía.
Todo adquiere un sentido. Se ha de navegar por los densos océanos del ser para renacer  con un rostro propio y con una espalda libre de lastres ajenos.
Desnudos nacimos en un mundo atravesado por el vicio y el caos.
Nos fuimos cubriendo de tan extraños ropajes que jamás nos volvimos a reconocer.
Y a ti, imagen de lo que no soy, reflejo impostor que me asalta desde la oscuridad de un mundo enajenado ¿Aceptarás el reto de irte tal cual llegaste al mundo?


Que mis huesos estén llenos de sol, que mis células sean mar.
Alto, muy alto, vuela el águila...
¿Y si pudiera por un momento ver el mundo como lo ve ella?
Tan alto vuela el águila.

Puse mis manos sobre el tronco de un viejo pino, las mariposas se asustaron y revolotearon sobre mi cabeza.
La tierra esta caliente y la hierba tiene el color del sol. Cómo cantan las cigarras.
El águila también canta, se pierde su canto por el monte y se queda en mi corazón.
Siento el calor de la tierra como un manto que me envuelve.