viernes, 12 de diciembre de 2014

La voz del viento




Las calles abarrotadas, la falta de oxigeno, el gris de las aceras y los edificios es implacable, va drenándote sin apenas darte cuenta, poco a poco el corazón -lugar donde anida el entusiasmo y la humildad- se te va volviendo gris. Enfermo el cuerpo dominado por el ego enfermo impone su voluntad de poder, desea más y más, más y más... el miedo si habría de tener un color sería el gris.




La voz del viento

Acalla la mente
tranquilizarás tu corazón.
Deja al río fluir aunque las aguas sean densas y oscuras.
Ama el conocimiento, la humildad es el sello de tan noble hacer.


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