En la ciudad oscura abundan los caminos
que no llegan a ninguna parte, que así como no tienen principio
tampoco tienen final. Darse a la tarea de buscar el nacimiento de un
camino, o incluso de seguirlo para ver que es lo que sucede con el es bastante desconcertante.
-Las gentes ya no buscan, no necesitan
buscar. Solo cumplen. Míralos, todos hacinados, enojados. No esperan nada porque no tienen Fé. Pero no es el trabajo el que desarrollan en las oficinas y
fábricas los que los tiene así, es la vida misma, la rutina que
como un pesado yugo aniquila el más leve deseo de libertad y un
ser humano solo puede experimentar la libertad a través de la
creación.
Díjome todo esto la polilla que
revoloteaba junto a mi hombro izquierdo mientras me adentraba en uno
de esos caminos sin rumbo.
Al principio intentaba fijar mi
atención en los rostros de la gente, intentaba desentrañar un rasgo
que los hiciera distintos unos de otros; pero esos rasgos solo eran
vagas sombras. Pronto comencé a ver replicas, una uniformidad
aberrante lo llenaba todo. Eran máscaras, máscaras vacías y
grises, pero fueron los ojos... sus ojos...
Poco a poco fue embargándome una
pesadez extraña,una bruma gris fue apoderándose de mi corazón y ya
en el núcleo donde mi pasión anida aquella sombra fue devorando lentamente lo mas
sagrado de mi ser: mi voluntad.
-Sus ojos no reflejan el vacío de sus
rostros, reflejan la insatisfación y como están rabiosos contra si
mismos ni siquiera se percatan de quienes tienen al lado, como si de
su propia imagen reflejada en un cristal se tratase. Eso sí,
necesitan ser espoleados en sus actividades, hacerlos sentir que
trabajan por algo, a unos les hacen sentir que son necesarios y a
otros que son vulgares patanes. Ambos, patanes y sabios, son necesarios en la ciudad en
la que estamos ahora.
Ahora vayámonos porque un camino que no
lleva hacia ninguna parte puede llegar a entristecer mucho...
Me di cuenta mientras me alejaba que
las gentes que vi eran las copias de las viejas máscaras del pasado,
que a pesar de la rara uniformidad de la masa humana estaban aislados . Conté esto y mucho más a la polilla
mientras llegamos a una encrucijada de caminos, allí nos esperaba alguien desde hace mucho mucho tiempo.
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