jueves, 10 de octubre de 2013

A un vencejo, por Abel González

Atardecer sobre Madrid


A UN VENCEJO


Por algo te brotaron alas
negras como el carbón.
¡Para volar, corazón inquieto!
¡Chispa dorada serás en la brisa!


Vuela, querido amigo,
piérdete entre los tuyos

y recuerda: no te alejes del agua.

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